La religión post-Covid-19

Por fin se escuchó la llamada de las catedrales y parroquias, de nuevo sonaron las campanas de las iglesias, los fieles podían regresar a participar de los sagrados misterios tras varias semanas de confinamiento por la pandemia.

Creo que para todas las personas, esta pandemia ha dejado una huella muy marcada, muchos han perdido su empleo, los negocios están en una situación crítica, en fin, la economía de prácticamente todos los países del mundo se encuentra en crisis y nadie lo puede negar. En general el mandato de permanecer en casa ha durado 2 o 3 meses, pero los gobiernos han ido poco a poco levantando el confinamiento con el fin de reactivar la economía. Esto no quiere decir que la pandemia ha terminado, cuidado de pensar eso, el número de contagios y muertes continúa día con día, tal vez no exponencialmente pero continúa.

Poco a poco han ido permitiendo a las personas (por lo menos en Europa) regresar a los lugares públicos, poder salir a caminar, abrir tiendas y comercios, inclusive ir a restaurantes y museos, y de los últimos lugares (lo cual me parece muy curioso) que permitieron abrir de nuevo fueron las iglesias, y claro obedeciendo las medidas del gobierno1: el uso obligatorio de cubrebocas, mantener una distancia de seguridad de 1.5 a 2 metros entre personas, evitar aglomeraciones, evitar saludar de mano, entre otras. Por supuesto que estas medidas se han aplicado a todos los lugares públicos, entre ellos los templos y las iglesias.

Por fin podía regresar a la iglesia a participar de la misa del domingo, por lo que busqué en internet los horarios de las misas y, ¡oh sorpresa!, me encuentro que, si quería asistir, ¡tenía que hacer reservación! Como si fuera un restaurante o una oficina del gobierno, tenía que reservar con nombre y cantidad de acompañantes para poder asistir a la casa de Dios, no lo puedo creer.

Me parece un tanto exageradas las medidas que se han tomado en la Iglesia, quiero recalcar que es una opinión personal, pero me parece que se esconden otros intereses dentro de las medidas obligadas sugeridas a las diócesis, ya ni si quiera permiten llevar a cabo la misa como Dios manda. Me refiero a recibir la Eucaristía en la boca. Con el supuesto pretexto de higiene, en muchos lugares y en algunos casos países enteros, es mandado que la Comunión se haga en la mano de los fieles. Nos hace falta un poco de fe y razón para recordar que es el mismísimo Cristo presente en la Eucaristía.

Si una mujer fue sanada de toda enfermedad con solo tocar la ropa de Jesús (Mc 5, 21 – 34), que no hará por nosotros que lo recibimos a Él en la Eucaristía

Hay algunas personas que piensan que la comunión en la mano es algo antiguo y por eso promueven esta práctica por lo que tomo un fragmento del libro «Cristo venció sobre los tiempos oscuros» que dice: «La Sagrada Eucaristía era recibida en la palma de la mano derecha y a los fieles les estaba prohibido tocar la Sagrada Forma con sus dedos, sino que tenían que inclinar su cabeza a la palma de la mano y tomar el Sacramento directamente con sus bocas, por tanto, en una posición de una profunda inclinación y no permaneciendo erguido de pie. Hoy la práctica común es recibir la Eucaristía permaneciendo de pie y tomándola con la mano izquierda. Esto es algo que, simbólicamente, los Padres de la Iglesia encontrarían horroroso. ¿Cómo puede el Santo de los Santos ser tomado con la mano izquierda? Entonces, hoy los fieles toman y tocan la Hostia directamente con los dedos y luego la ponen en la boca. Este gesto nunca se había conocido en toda la historia de la Iglesia Católica, sino que fue inventado por Calvino, ni siquiera por Martin Lutero. Los calvinistas y otras iglesias protestantes libres, que no creen en absoluto en la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía, inventaron un rito el cual anula la mayoría de los gestos de sacralidad y de adoración externa, esto es, recibiendo la “comunión” estando de pie y tocando el pan “hostia” con sus dedos y poniéndola en sus bocas tal como la gente trata el pan ordinario. (…) Para ellos, este es simplemente un símbolo, por lo que su comportamiento exterior hacia la comunión era similar a los comportamientos que se tienen hacia los símbolos. Durante el Concilio Vaticano Segundo, los modernistas católicos, especialmente en los Países Bajos, tomaron este rito de comunión calvinista y erróneamente lo atribuyeron a la Iglesia Primitiva, con el propósito de difundirlo más fácilmente a través de la Iglesia. Nosotros tenemos que desmantelar este mito y esta insidiosa táctica que comenzó en la Iglesia Católica hace más de cincuenta años y que, como una avalancha, ahora ha arrollado a casi la mayoría de las iglesias católicas en el mundo entero, con excepción de algunos países católicos de Europa del Este y en unos pocos lugares de Asia y África.»2

No pretendo causar confusión, solo expresar mi opinión al respecto y, con toda humildad, fomentar la devoción y respeto debidos a la Sagrada Eucaristía.

Este modo de distribuir la Santa Comunión (en la boca), considerado en su conjunto el estado actual de la Iglesia, debe ser conservado no solamente porque se apoya en un uso tradicional de muchos siglos, sino, principalmente, porque significa la reverencia de los fieles cristianos hacia la Eucaristía. Este uso no quita nada a la dignidad personal de los que se acercan a tan gran sacramento, y es parte de aquella preparación que se requiere para recibir el Cuerpo del Señor del modo más fructuoso… Con esta manera tradicional, se asegura más eficazmente que la Sagrada Comunión sea distribuida con la reverencia, el decoro y la dignidad que le son debidas.3

Instrucción Memoriale Domini, de la Sagrada Congregación para el Culto Divino

Solo nos queda obedecer y rezar por el fin de esta pandemia para que pronto se levanten estas medidas restrictivas y poder así recibir al Señor de la manera tradicional con el decoro, reverencia y dignidad que le son debidas.

18 de Junio de 2020

  1. RTL, Arzobispo de Luxemburgo denuncia al gobierno sobre restricciones de la Misa, 17 de mayo de 2020
  2. Atanasio Cardenal Schneider, Christus Vincit: Christ’s Triumph Over the Darkness of the Age, septiembre 2019
  3. Instrucción Memoriale Domini, de la Sagrada Congregación para el Culto Divino, 1969